Hace no tantos siglos como nos gustaría, en esa época en la cual las naciones europeas estaban aún forjándose, cada vez que las arcas de sus amos se vaciaban los ejércitos de conquista de estas naciones solían financiarse mediante el saqueo y el pillaje de las poblaciones donde guerreaban. A veces, la perspectiva de conseguir un buen botín hacía que los asaltantes mantuvieran largos asedios de las amuralladas ciudades, que acababan por caer más por razón del hambre que por las escaramuzas militares.
En algunas ocasiones, los defensores se resistían a su destino final y, quizá movidos por la desesperación, lanzaban un osado ataque a los sitiadores con la esperanza de romper el asedio; en los muchos casos en que esta medida precipitaba la caída de la ciudad, el saqueo se volvía más despiadado, con un peaje de víctimas indefensas superior al que los asaltantes se habrían cobrado si el arrojo de los asediados no les hubiera enardecido y el rencor por las propias bajas sufridas no los hubiera cegado de furia. Así los pueblos frecuentemente asediados aprendían una dura lección: por mal que causase el pillaje final, a veces era muy inferior al que sobrevenía si te resistías.
Estos días pasados me han venido a la cabeza estas imágenes de asedios medievales (y no tanto) al leer tantas noticias sobre lo que está pasando en Grecia y ver cómo evoluciona la situación de este país aún europeo y reputado como la cuna de la democracia.
Asumo que están Vds. al tanto de las principales noticias, así que me permitirán que haga un resumen de los hechos con un enfoque un tanto diferente al que han oído en los noticieros de estos días.
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En la serie BLOGOSFERA, publicaremos (con el ánimo de promocionarlos) trozos de (según nuestra apreciación) los mejores posts que sigan la misma temática de nuestro blog.
Este post pertenece al blog The Oil Crash, que esta en nuestra lista de Blogs Amigos.
Un saludo a Antonio Turiel y un agradecimiento por su trabajo.
A grandeza deste debate reside no que aínda está por chegar, no que habería que afrontar paralelamente, antes de saírnos do euro e non despois, nos temas escondidos na outra cara da moeda única : o coidado do medio ambiente, o consumo enerxético responsable, o papel das economías locais, os tipos de participación política, a repartición xusta da riqueza, o impago da débeda ilexítima, etc.
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